podrán

podrán cortar todas las flores;

siempre habrá un hombre semilla.

lunes, diciembre 24, 2007

Y CALPURNIANO SE NOS QUEDÓ DE... PIEDRA.


Para Antonio Vélez Sánchez el Centro Cultural Alcazaba fue como uno de esos chinatos que se nos alojan inesperadamente dentro del zapato en el momento más molesto ya como premonición íntima o como argumento ajeno; tenía entonces como proyecto erigir, según aclara, una ciudad nueva dentro de y sobre la original antigua; realmente había concebido tal ciudad con algo más impresionante que cualquier pueblo: sábese que una “casa de cultura” especialmente volumétrica, más que réplica compañía y trasunto moderno y afortunado del Templo “de Diana” según bella creación de Rafael Mesa; por venturas de la vida aquel sueño “reimperial” se desvaneció; rastro añadido, importante e inesperado queda, sin embargo, al pie de aquella no tan aciaga aventura, que sacó a la luz del presente una muy preciada antigüedad,…
En la Historia de Mérida existe una singular figura, hasta hoy no era personaje, que encarna el “mal” cruelísimo, indecible, absoluto, el peor de los “males”: es Calpurniano, el “execrable”, el “infame”, el “perverso” juez particular de Santa Eulalia porque los demás mártires, especialmente los que nunca podrían haber sucedido -como Santa Eulalia de Barcelona-, fueron juzgados por un tal “Datianus…” - personaje éste creado en la más genial decapitación lingüística, por tanto incruenta, que ni a los hermanos Marx se les hubiese ocurrido en sus osados juegos de palabras: Aurelio Prudencio Clemente, y es una de nuestras prerrogativas al escribir versos medidos, trasformó “Diocletiane” en “Datiane” para que la expresión le cupiese en el verso -cuaternario yámbico- al tiempo que, involuntariamente, hacía que los más sesudos investigadores hayan caído en un absurdo concurso de interpretaciones imposibles sobre el dichoso nombre cuyo lugar es la “papelera de reciclaje” por ser licencia de poeta-.
Para los investigadores más “serios” por tanto, consiguiente y demás el Calpurniano eulaliense había de ser obligada, esencial y necesariamente un personaje de leyenda, una figura falsa, inventada por demás, consiguiente y tanto; y así el debelador y fustigador de las ¿mentiras poéticas? prudencianas y pasionales, Javier Arce, hace de él un personaje imposible y para marginar como plaga maldita; no obstante, por su indudable y general valía científica, reconoce Arce existencia, por “fuentes más seguras”, a algunos de estos personajes “malditos” que aparecen a partir de tres siglos después.
Por ello hete aquí que pueda yo, humilde pero rotundamente, asegurar que un tan como el mismo Calpurniano “se quedó de piedra”; sí, sí, “literalmente” se quedó de piedra, pero en latín: “…LPURNIANUS” -la fotografía la hice por cortesía de don Pedro Mateos Cruz, Director Científico del “Consorcio”-.
Y los afortunados arqueólogos del evento fueron José Carlos Saquete Chamizo y Juana Márquez Pérez; en 1997 publicaban los resultados de su investigación en el artículo “Un fragmento de pedestal descubierto en Mérida: a propósito del foro y de la colonia Augusta Emerita en los s. III-IV” en el primer número de la revista “Mérida, Ciudad y Patrimonio”; no obstante este indudable, auténtico e inimaginable tesoro arqueológico ha pasado sin pena ni gloria más de veinte años…
Pero también hete aquí que este Calpurniano emeritense, más indeseable que imposible, es de la misma época que Santa Eulalia…; sin duda para “quedarnos”, ahora nosotros, “de piedra” y darnos a nosotros mismos con ella en la mollera, por atolondrados -en ocasiones la “foritis” nos produce “blefaritis”…-.
Pero además hete aquí que, además, este Calpurniano era un alto cargo de la administración romana en Mérida… no sabemos si gobernador o sí: Saquete y Márquez interpretan, a falta del resto de la inscripción inevitablemente perdida, que “un funcionario de la administración imperial, quizás un gobernador provincial” cuya “cronología oscila entre fines del s. III y la primera mitad del s. IV”; pero como bien dice y mejor acuerda Javier Arce en aquella época hasta cualquier carguillo podía entretenerse en representar al Alcalde de Zalamea en su versión más oficialista y menos afortunada y familiar . Y éste algún carguillo habría en su haber pues ejercía de pelota y por pelota del jefe o emperador se nos “quedó de piedra,” para piedra de esquina y, sin embargo, angular de una preciosa “Historia Imposible”…
Pues bien, a despecho de mi tendencia al “chovinismo impúdico” eulaliense -así interpreta mi amigo José Caballero Rodríguez la tradicional apatía hacia la interpretación adecuada de la figura de santa Eulalia - nos encontramos en esta piedra “ante una de las más grandes ocasiones que dieron los siglos” eulalienses y arqueológicos emeritenses. -y las ocasiones para quienes bebemos y saboreamos el sublime y delicioso licor de Eulalia, contiene muchas “grandes ocasiones”, casi todas ellas, empero, fuera de la Península Ibérica, dada nuestra escasa fe en nosotros mismos-.
Si la difícil excavación de la Basílica de Santa Eulalia y consecuente interpretación por parte de Pedro Mateos Cruz puso en la Historia personajes como Eleuterio o la misma Basílica -no apareció, sin embargo, el obispo Liberio diciendo misa…- ahora nos encontramos con la realidad documentada del personaje eulaliense más importante tras la propia Santa Eulalia; o, a falta del “títulus” martirial, es decir de la certificación marmórea de su condición eclesiástica de mártir, es este el único documento encontrado de su hecho martirial, tan consistente como su material, que garantiza, a modo de certificación de “AENOR “ historiográfico, que real, cierta y verdaderamente a Santa Eulalia la juzgó un tan Calpurniano tal como dice su “Pasión”.
Y este hecho significa que, a poco que seamos comedidamente moderados, nos encontramos ante uno de los mayores documentos de la arqueología con trascendencia historiográfica imponderable emeritense, hispánica y […]; la piedra de Calpurniamo pudiera ser, ya no me tiembla el teclado ni el ratón al proponerlo, como nuestra particular “piedra de Rosetta”…: más de una nueva puerta queda abierta.
Lógicamente el trabajo del que he extraído los datos se encuentra en un avanzado estado de gestación; y en él se justifica una vez más que toda piedra situada en la esquina, en el rincón, en este caso del contiguo antiguo foro municipal emeritense, es la que importa…-
P.S. Mis “milagrosos” perales en estado de plena fructificación el año pasado por estas fechas se encuentran ahora sin hojas o cubiertos de hojas otoñales.

publicado en el extra local de Santa Eulalia del diario HOY del 9 de diciembre de 2007.