podrán

podrán cortar todas las flores;

siempre habrá un hombre semilla.

sábado, enero 20, 2007

LA MUERTE DE MI HERMANO



Villafranca de los Barros, Badajoz, 16 se septiembre de 1961.

Aquella noche noche, aquella noche terrible noche terrible...
Mi padre llegó a la estación para recoger a mi hermano que regresaba de Badajoz tras haber superado el primer ejercicio del examen de reválida de bachillerato elemental; extrañamente la puerta de la oficina de circulación estaba cerrada y con mucha gente dentro, incluidos varios guardia civiles; por ser ferroviario le abrieron a mi padre y le comunicaron que no se podía divulgar pero que había habido un accidente; entonces él dijo ¡pero si en ese tren viene mi hijo¡
El tren de Clementito, mi hermano, había sufrido un accidente... gritos desgarradores de mi madre cuando mi primo Pepe llegó desde la estación de Usagre y Bienvenida para comunicar su muerte; pero él no estaba muerto según me dijeron; él estaba herido… eternamente herido de muerte según deduje luego.
Por la mañana sólo recuerdo a una mujer abrazándome y llorando desconsoladamente; era la madrastra de Pepe, el otro compañero colegial de mi hermano víctima mortal junto con Estanislao y Rafael.
Inmediatamente, tal como era lógica y consecuente costumbre, fui apartado de mi casa y me llevaron a la de de mi vecina Carmen, esposa de Rafael Farrona.
Yo no sé si el mundo se me acabó entonces pero si yo era pequeño ante su grandeza y perversidad creo que aún me hice más pequeño pero más prudente...
Yo aún no sabía que existía la vida ni la muerte, incluso ni yo mismo; pero ella, la muerte, según me dijo una niña, era una caja de madera en la que dentro había salido mi hermano de nuestra casa…para no regresar (ni a los requerimientos del Ejército que lo declaró prófugo tres años después).
Aquel día, y a través del más doloroso contraste, supe que yo existía… y sólo tenía seis años recién cumplidos cuando comprobé que los hermanos muertos se llevaban todas las flores, también todas las plantas y además todos los tiestos y que todos se convertían en una corona de flores artificiales con tacto de pluma en la que su lema terminaba diciendo “…no te olvidan”.