podrán

podrán cortar todas las flores;

siempre habrá un hombre semilla.

jueves, enero 18, 2007

otros poemas de mi libro HACIA LOS NÚMEROS.



ARROJEMOS.
Arrojemos del día la luz. Hágase
la voluntad del rayo en la tormenta..
Que la noche descubra los gemidos
ocultos;
que la noche conjugue nuestros versos
prohibidos;
que la noche nos lanze hacia el ocaso
perdido.
Seamos la pasión inútil, la
tragedia absurda y mágica
de números y letras,
geometrías y
circunferencias.
Seamos
de nuevo la grotesca humanidad
en los labios de la desesperanza:
tú un hueco en el triángulo divino,
yo un cuadrado en las manos del futuro;
vosotros el espacio menor
de un rectángulo áureo...
(Y todos
el cero de la nada).

ANTES
Antes que todo el número
(el agua sueña en peces);
después, también el número
en todos
(el aire sueña en pájaros).
Desde el cuerpo del hombre
hasta la voz de Dios
el número es un árbol
como flor y medida.
(El hombre
sueña a hombros de gigantes
enanos).
Desde el gusano antiguo
a la estrella futura
el número es un árbol
como flor y medida.

X
Los dioses
al par
tuvieron
el diez
por su
figura
cabal
y múltiple,
semilla
y artífice,
completa,
perfecta.
Dos triángulos
virtuales,
poéticos,
unidos
al punto
de encuentro.
En ti
vistieron
de carne,
de sangre,
maldad
y tiempo.
Y en tu
divino
y airoso
esbozo
al tiempo
le han puesto
calzado
y aún
sombreros.

V
Impar,
mitad
del hombre
y Dios
completo;
el cinco
navega
al tiempo
del viento.
Todo era
el triángulo
perfecto,
inmóvil,
redondo,
esférico
y eterno.

I
La nada/ con pies/ gusano,
es parte /y pelo./ culebra,
hendida /La nada/ serpiente,
del todo./ no es nada;/ se arrastra.
Al cinco /no tiene/ En cada
cortadle/ valor/ materia,
en sus /ni crédito/ objeto,
dos trozos/ al ojo./substrato,
iguales/ La nada/ principio,
y haréis/es uno,/ esencia,
de nuevo,/ comienzo,/ molécula
idéntica/ principio/ y el átomo,
y auténtica/ modelo/ las partes
la nada./ abstracto/ y el todo:
Aquí, /de todo/ Galaxia
ahora/ el triángulo/ del cielo,
allá,/ perfecto. /columna
al alba/¡Albricias!/ del hombre,
mañana,/ Doblándose/ la tierra
una “i”/la nada/ y el sol,
sin límite/ se estira/ cinéticos.

L
Cincuenta,
coloquio
carnal
de dioses
resueltos
e impares
al par.
Tres dioses
abstractos
para una
familia
modélica,
ejemplo
de seres
contrarios,
análogos,
armónicos
y opuestos.
El padre
bondad
y el hijo
beldad
por el
espíritu
más sano
y cabal.

EN TODOS
En todos/ Los tres,/ la línea
los credos/ tres triángulos/ que fue
y oficios/ divinos,/ esquema
miméticos,/ benévolos/abstracto
armónicos,/ y bellos: /del gran
canónicos/ el ojo/ misterio.
y bellos/ genérico/ Desde antes
siempre hubo/ primero;/que el clérigo
como uno/ el pájaro/ avaro
y solo/ pretérito/, y ocioso
un trébol/ aéreo/ cubriese
bien hecho/ y el verso/ a Dios
de dioses/ dinámico/ con sus
numéricos,/ y austero./ misterios.
idénticos,/ Si quieres/ Si alguna
iguales,/ mirar/ vez hubo/
fractuales,/ a los/ secreto
análogos,/ tres dioses/ no vino
parejos,/ en uno/ de Dios
simétricos./ contempla/ el velo.


DEL COSMOS
Del cosmos pitagórico
llega al silencio;
como si el mundo fuera
la iteración
de un dios disfémico:
(los que están dentro
ríen porque llovizna un niño
o quizás porque nieva una paloma).
El átomo es posible
si como piedra, triángulo;
si como viento, número.
(Con arena de piedras
debes medir al hombre
y al tiempo;
que todos los
átomos son de arena
y la arena un destello
de tiempo).
Y en la figura
cincuenta
la trinidad numérica,
primera,
inquieta,
perfecta.
La muerte no es como ellos;
su número es el séptimo;
para la bestia queda el resto
y el último será el primero.
Quien tenga oídos
además tenga ciencia.
Jesús hablaba
al hombre con parábolas
y Dios al mundo
desde circunferencias
concéntricas.

TODO
Todo tuyo y ajeno al método,
la media noche negra en el sistema
o en mi camisa pálida y dinámica;
hasta la calle insólita
de mi esperanza abierta,
compleja,
desde cualquier hipótesis ilógica.
Todo tuyo sin códigos de barras
y estrellas
en una
constante universal
o en tu desequilibrio
teleológico.
Hágase en mí
tu voluntad fractual, casi invariante,
las manos iteradas,
los labios rojos,
asimétricos
al recobrarnos.
Todo tuyo,
la víspera
en espiral
del desarrollo
y los ojos, el sueño, el adeene.
Todo tuyo: la vida, el esqueleto
y el niño que predice las tendencias
del futuro con muestras del pasado.
Sí, seré todo tuyo, alba y crepúsculo, tierra a barro,
cristal a duda, ceniza
y, sobre todo,
humano.

YO
Yo, por mí mismo,
sólo dos letras:
la una veraz,
la otra incierta.
Tú, un número,
una suma de peces ingrávidos
y una resta de pájaros alados
con el tiempo
sin recodos, tornillos
o vueltas.
Él, un espacio
y una fracción
inexacta del alma.
Nosotros:
ni tú ni yo
ni los labios a medias.
Y en vosotros siempre ellos
... y Dios como agujero negro.


del poemario Hacia los números.