ARROJEMOS.
Arrojemos del día la luz. Hágase
la voluntad del rayo en la tormenta..
Que la noche descubra los gemidos
ocultos;
que la noche conjugue nuestros versos
prohibidos;
que la noche nos lanze hacia el ocaso
perdido.
Seamos la pasión inútil, la
tragedia absurda y mágica
de números y letras,
geometrías y
circunferencias.
Seamos
de nuevo la grotesca humanidad
en los labios de la desesperanza:
tú un hueco en el triángulo divino,
yo un cuadrado en las manos del futuro;
vosotros el espacio menor
de un rectángulo áureo...
(Y todos
el cero de la nada).
ANTES
Antes que todo el número
(el agua sueña en peces);
después, también el número
en todos
(el aire sueña en pájaros).
Desde el cuerpo del hombre
hasta la voz de Dios
el número es un árbol
como flor y medida.
(El hombre
sueña a hombros de gigantes
enanos).
Desde el gusano antiguo
a la estrella futura
el número es un árbol
como flor y medida.
X
Los dioses
al par
tuvieron
el diez
por su
figura
cabal
y múltiple,
semilla
y artífice,
completa,
perfecta.
Dos triángulos
virtuales,
poéticos,
unidos
al punto
de encuentro.
En ti
vistieron
de carne,
de sangre,
maldad
y tiempo.
Y en tu
divino
y airoso
esbozo
al tiempo
le han puesto
calzado
y aún
sombreros.
V
Impar,
mitad
del hombre
y Dios
completo;
el cinco
navega
al tiempo
del viento.
Todo era
el triángulo
perfecto,
inmóvil,
redondo,
esférico
y eterno.
Arrojemos del día la luz. Hágase
la voluntad del rayo en la tormenta..
Que la noche descubra los gemidos
ocultos;
que la noche conjugue nuestros versos
prohibidos;
que la noche nos lanze hacia el ocaso
perdido.
Seamos la pasión inútil, la
tragedia absurda y mágica
de números y letras,
geometrías y
circunferencias.
Seamos
de nuevo la grotesca humanidad
en los labios de la desesperanza:
tú un hueco en el triángulo divino,
yo un cuadrado en las manos del futuro;
vosotros el espacio menor
de un rectángulo áureo...
(Y todos
el cero de la nada).
ANTES
Antes que todo el número
(el agua sueña en peces);
después, también el número
en todos
(el aire sueña en pájaros).
Desde el cuerpo del hombre
hasta la voz de Dios
el número es un árbol
como flor y medida.
(El hombre
sueña a hombros de gigantes
enanos).
Desde el gusano antiguo
a la estrella futura
el número es un árbol
como flor y medida.
X
Los dioses
al par
tuvieron
el diez
por su
figura
cabal
y múltiple,
semilla
y artífice,
completa,
perfecta.
Dos triángulos
virtuales,
poéticos,
unidos
al punto
de encuentro.
En ti
vistieron
de carne,
de sangre,
maldad
y tiempo.
Y en tu
divino
y airoso
esbozo
al tiempo
le han puesto
calzado
y aún
sombreros.
V
Impar,
mitad
del hombre
y Dios
completo;
el cinco
navega
al tiempo
del viento.
Todo era
el triángulo
perfecto,
inmóvil,
redondo,
esférico
y eterno.
I
La nada/ con pies/ gusano,
es parte /y pelo./ culebra,
hendida /La nada/ serpiente,
del todo./ no es nada;/ se arrastra.
Al cinco /no tiene/ En cada
cortadle/ valor/ materia,
en sus /ni crédito/ objeto,
dos trozos/ al ojo./substrato,
iguales/ La nada/ principio,
y haréis/es uno,/ esencia,
de nuevo,/ comienzo,/ molécula
idéntica/ principio/ y el átomo,
y auténtica/ modelo/ las partes
la nada./ abstracto/ y el todo:
Aquí, /de todo/ Galaxia
ahora/ el triángulo/ del cielo,
allá,/ perfecto. /columna
al alba/¡Albricias!/ del hombre,
mañana,/ Doblándose/ la tierra
una “i”/la nada/ y el sol,
sin límite/ se estira/ cinéticos.
L
Cincuenta,
coloquio
carnal
de dioses
resueltos
e impares
al par.
Tres dioses
abstractos
para una
familia
modélica,
ejemplo
de seres
contrarios,
análogos,
armónicos
y opuestos.
El padre
bondad
y el hijo
beldad
por el
espíritu
más sano
y cabal.
EN TODOS
En todos/ Los tres,/ la línea
los credos/ tres triángulos/ que fue
y oficios/ divinos,/ esquema
miméticos,/ benévolos/abstracto
armónicos,/ y bellos: /del gran
canónicos/ el ojo/ misterio.
y bellos/ genérico/ Desde antes
siempre hubo/ primero;/que el clérigo
como uno/ el pájaro/ avaro
y solo/ pretérito/, y ocioso
un trébol/ aéreo/ cubriese
bien hecho/ y el verso/ a Dios
de dioses/ dinámico/ con sus
numéricos,/ y austero./ misterios.
idénticos,/ Si quieres/ Si alguna
iguales,/ mirar/ vez hubo/
fractuales,/ a los/ secreto
análogos,/ tres dioses/ no vino
parejos,/ en uno/ de Dios
simétricos./ contempla/ el velo.
DEL COSMOS
Del cosmos pitagórico
llega al silencio;
como si el mundo fuera
la iteración
de un dios disfémico:
(los que están dentro
ríen porque llovizna un niño
o quizás porque nieva una paloma).
El átomo es posible
si como piedra, triángulo;
si como viento, número.
(Con arena de piedras
debes medir al hombre
y al tiempo;
que todos los
átomos son de arena
y la arena un destello
de tiempo).
Y en la figura
cincuenta
la trinidad numérica,
primera,
inquieta,
perfecta.
La muerte no es como ellos;
su número es el séptimo;
para la bestia queda el resto
y el último será el primero.
Quien tenga oídos
además tenga ciencia.
Jesús hablaba
al hombre con parábolas
y Dios al mundo
desde circunferencias
concéntricas.
TODO
Todo tuyo y ajeno al método,
la media noche negra en el sistema
o en mi camisa pálida y dinámica;
hasta la calle insólita
de mi esperanza abierta,
compleja,
desde cualquier hipótesis ilógica.
Todo tuyo sin códigos de barras
y estrellas
en una
constante universal
o en tu desequilibrio
teleológico.
Hágase en mí
tu voluntad fractual, casi invariante,
las manos iteradas,
los labios rojos,
asimétricos
al recobrarnos.
Todo tuyo,
la víspera
en espiral
del desarrollo
y los ojos, el sueño, el adeene.
Todo tuyo: la vida, el esqueleto
y el niño que predice las tendencias
del futuro con muestras del pasado.
Sí, seré todo tuyo, alba y crepúsculo, tierra a barro,
cristal a duda, ceniza
y, sobre todo,
humano.
YO
Yo, por mí mismo,
sólo dos letras:
la una veraz,
la otra incierta.
Tú, un número,
una suma de peces ingrávidos
y una resta de pájaros alados
con el tiempo
sin recodos, tornillos
o vueltas.
Él, un espacio
y una fracción
inexacta del alma.
Nosotros:
ni tú ni yo
ni los labios a medias.
Y en vosotros siempre ellos
... y Dios como agujero negro.
del poemario Hacia los números.