El Carnaval, considerado erróneamente como adaptación cristiana de fiestas paganas, tiene origen judío y uso exclusivo en la liturgia cristiana; también una implantación única en países católicos. Esencialmente el Carnaval es, al contrario que cualquier otra festividad religiosa, un período de excesos que antecede a otro de renuncias para la adecuación espiritual durante la Semana Santa. El Carnaval fue introducido en el calendario cristiano, por tanto, como una fiesta para la despedida jubilosa y, posteriormente, excesiva de los placeres cotidianos y usuales; en ese corto período de dos días (lunes y martes) correspondía un uso desbordado de la alegría, de la comida, de la bebida y de la sexualidad, prohibidas a cal y canto durante la Cuaresma o sus cuarenta días siguientes. La Cuaresma cristiana, origen directo del Carnaval, tiene su origen en los ritos judíos de purificación que alcanzaban una duración de cuarenta días; a su vez este período de purificación, desde la perspectiva cristiana tiene relación con el periodo de purificación por excelencia del mundo y de todos sus seres: el Diluvio cuya duración fue también de “cuarenta días y cuarenta noches”.
N.B. Los dos días del Carnaval sumados a los cuarenta días de la Cuaresma y a los siete de la Semana Santa dan el resultado de cuarenta y nueve días, período equivalente al número de años del Año del Jubileo de los Judíos.
Durante el tiempo de duración de estos ritos de purificación personal se reducía la ingesta de alimentos; en él se prohibía expresamente el consumo de carne; se hacía en recuerdo del tiempo en que los hombres eran vegetarianos; es decir hasta el momento en que finalizó el diluvio y Yavé, según el Génesis, incluyó la carne animal en la dieta humana. Simbolizando estos dos períodos (el diluvial y el postdiluvial) y sus hábitos alimenticios correspondientes, según deducimos de la lectura del Génesis, la Iglesia Católica organizó su Calendario Litúrgico anual y la Dieta respectiva denominanando Carnal y Cuaresma a estos dos períodos del Año Cristiano. Ahora bien el Carnaval, como fiesta de excesos, comienza en la Edad Media y sus intentos de prohibición se corresponderían con el momento en que estos fueron asociados, por las autoridades religiosas, con los de las ciudades de Sodoma y Gomorra. La palabra carnaval, procede del italiano carnevale que, a su vez, añaden Corominas y Pascual, procede de carnelevare que significa quitar la carne. Esta denominación se impuso en España a partir del siglo XV en una época en que lo italiano se puso de moda por mediación del Renacimiento.
En el siglo XV se utilizaba la palabra Carnestolendas que significa los mismo. En realidad, siguiendo la referida etimología, el Carnaval no debieron constituirlo nunca los dos últimos días que preceden al Miércoles de Ceniza sino la propia Cuaresma; Carnestolendas significa literalmente “las carnes quitadas”, período que, en realidad, se corresponde con la Cuaresma. Esta aparente contradicción tiene su origen en el hecho de que carnestolendas es, dicen Corominas y Pascual, una falsa abreviatura de una frase latina del Misal Mozárabe o Visigótico citada por Merlo: “Dominica ante carnes tollendas (el domingo antes de quitar las carnes)”. La aparición de la frase carnes tolendas en el Misal Mozárabe o Visigodo da fe documental de la gran antigüedad de esta fiesta religiosa, en cualquier caso anterior al siglo VIII. Otras denominaciones del Carnaval de uso en España a lo largo de los tiempos han sido:
- Carnal en Juan Ruiz el “Arcipreste de Hita’.
- Carnestollendas en Nebrija y Covarrubias.
- Carrastollendas en Santa Teresa.
- Carnostoltes en catalán.
- Antruejo, Entruejo, Entruido, Antruydo, Antruso o Introito, derivados todos del último vocablo ya que, en realidad, el Carnaval o las Carnestolendas estaban formados por dos días de “introducción” a la Cuaresma.
Tradicionalmente el Carnaval o las Carnestolendas han tenido en España dos ritos finales:
1º- El correr los gallos; según Sebastián de Covarrubias, sería una imagen de la represión de la sexualidad durante la Cuaresma.El gallo, desde siempre, como él mismo recoge, ha estado considerado como el animal más lascivo; por tanto, su muerte era el símbolo de la suspensión de las actividades amorosas durante la Cuaresma.Posteriormente este rito pasaría a formar parte de otras fiestas y se perdió su simbolismo.
2°- El entierro de la sardina; en realidad es una adaptación económica del anterior “entierro del cerdo” o de su carne en conserva, la “cecina”, sustituida por la sardina también en conserva. La sardina salada estaba considerada, tal como recoge De la Huerta, un alimento enérgicamente purgativo tanto del vientre como del estómago sobre todo si había sanos excesos...
Salud.
Antonio Mateos Martín de Rodrigo en la Ciudad de Mérida a 20 de enero de 2003
Publicado en la revista MOULIN SUR de la comparsa LOS SUREÑOS en 2003.
No hay comentarios:
Publicar un comentario