En estos cuatro años había ido el autor descubriendo y plasmando una Eulalia bien y más diferente que me hacía recorrer el mundo íntegro de la investigación; a su través, para comprender su tamaña y desmesurada grandeza, recorrí casi todas las artes y casi todas las ciencias para comprenderla y, después, explicarla; y la ví en casi todos los sitios, lugares y espacios, y en casi todos los sucesos, hechos y acontecimientos y en casi todos los días, horas y tiempos... de la Historia… y hasta ella daba carta de naturaleza a lenguas nuevas y fonemas nuevos.
Ella, Eulalia de Mérida, era como un bello trozo de barro infinitamente inacabable que se daba a modelar ininterrumpidamente según las manos adecuadas; y se las tomé prestadas, fundamentalmente, a Lorenzo Riber, a Jhon Petruccione y a Paul Lefrancq.
Y era así porque, a despecho de todas las teorías sobre la Historia, el Cristianismo disponía de una propia, suya y remedo y expresión de la Naturaleza: la Historia siempre era la misma aunque en distintos y distantes momentos pero no en tan distintos ni tan distantes personajes o consecuencias: así Santa Eulalia al atravesar de madrugada el Guadiana hacía lo mismo que Abrahám y Moisés y como Abraham y Moisés creaba Santa Eulalia un nuevo pueblo con su propia sangre, de su propia sangre…
La Hagiografía hace tiempo que constituye una mejor desarrollada preocupación científica y a la piedad religiosa le ha sucedido la piedad metodológica; en España tuvo sus “comienzos” en Carmen García Rodríguez y uno de sus momentos más recientes con Pedro Castillo Maldonado y el último en Isabel Velázquez ; junto a ellos numerosos investigadores, Ramón Teja, Alejandro Recio Veganzones, Javier Arce, etc., y en Extremadura, entre otros ahora, César Chaparro, Eustaquio Sánchez Salor, Enrique Cerrillo, Francisco Tejada, etc.
En este rico y exquisito ambiente o contexto de búsqueda y descubrimiento escribí la obra SANTA EULALIA DE MÉRIDA, LA GRANDEZA DE LO PEQUEÑO, “ambiciosa obra” según un crítico literario y de la que se han ocupado en leerla y considerarla o comentarla amistosamente Antonio Bellido Almeida en su condición de prologuista, José María Álvarez Martínez como su presentador, José Caballero Rodríguez, José Luís de la Barrera o Martín de Ureña y Fernando Delgado Rodríguez; para éste, en su inimitable, saludable y excelente emeritensismo y eulaliensismo que nunca se colma, el libro SANTA EULALIA DE MÉRIDA, LA GRANDEZA DE LO PEQUEÑO es un libro para bebérselo, como una buena copa de vino tinto en un vaso alto y de cristal fino.
La Hagiografía hace tiempo que constituye una mejor desarrollada preocupación científica y a la piedad religiosa le ha sucedido la piedad metodológica; en España tuvo sus “comienzos” en Carmen García Rodríguez y uno de sus momentos más recientes con Pedro Castillo Maldonado y el último en Isabel Velázquez ; junto a ellos numerosos investigadores, Ramón Teja, Alejandro Recio Veganzones, Javier Arce, etc., y en Extremadura, entre otros ahora, César Chaparro, Eustaquio Sánchez Salor, Enrique Cerrillo, Francisco Tejada, etc.
En este rico y exquisito ambiente o contexto de búsqueda y descubrimiento escribí la obra SANTA EULALIA DE MÉRIDA, LA GRANDEZA DE LO PEQUEÑO, “ambiciosa obra” según un crítico literario y de la que se han ocupado en leerla y considerarla o comentarla amistosamente Antonio Bellido Almeida en su condición de prologuista, José María Álvarez Martínez como su presentador, José Caballero Rodríguez, José Luís de la Barrera o Martín de Ureña y Fernando Delgado Rodríguez; para éste, en su inimitable, saludable y excelente emeritensismo y eulaliensismo que nunca se colma, el libro SANTA EULALIA DE MÉRIDA, LA GRANDEZA DE LO PEQUEÑO es un libro para bebérselo, como una buena copa de vino tinto en un vaso alto y de cristal fino.
N.B. El 10 de diciembre es tradición emeritense desde época medieval abrir las Pitarras.
Actualmente este libro, cuya portada fue diseñada por Ceferino López a partir de una fotografía del autor, se encuentra a la venta en Mérida en la Tienda de la Asociación de Amigos del Museo Nacional de Arte Romano, Museo Nacional de Arte Romano, C/ José Ramón Mélida s/n.06800 MÉRIDA y en Altea, Artesanía, C/José Ramón Mélida, 22, Teléf. 924 33 10 06, o6800, Mérida.
Actualmente este libro, cuya portada fue diseñada por Ceferino López a partir de una fotografía del autor, se encuentra a la venta en Mérida en la Tienda de la Asociación de Amigos del Museo Nacional de Arte Romano, Museo Nacional de Arte Romano, C/ José Ramón Mélida s/n.06800 MÉRIDA y en Altea, Artesanía, C/José Ramón Mélida, 22, Teléf. 924 33 10 06, o6800, Mérida.
2 comentarios:
Ahí vamos, don Antonio, en este trabajo sordo de la cultura popular, amateur y desinteresada. Usted es que no para.
Saludos.
Recién casado.
entre amigos y no bobos anda el juego;gracias por tu saludo y tampoco pare usted.
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