yo sé muchas cosas; es verdad
(soy consciente de que nadie sabe nada: ni el poeta ni el pastor, ni la música ni el teatro, ni el susurro ni la voz, ni nosotros)
yo sé muchas cosas; es verdad
títulos de mil y un libros, de mil y un artículos, de mil y un sueños, de mil y una más ignorancias
incluido el peregrinar durante cuarenta años por un atroz y desértico desierto como pesa, platillo y fiel de iniciación y bosquejo de imposible aprendizaje
(yo quería dejar en herencia sólo algunas palabras y una gavilla de versos atada con la elegancia de los manojos de trigo hechos por mi padre, según cuentan, durante la siega).
pero callo más cosas y entes y sucesos y sentimientos y acontecimientos y filosofías y psicologías
(mis conocimientos, que no alcanzan a treinta monedas, son histerológicos… pero puedo reunirlos de forma coherente y compatible porque la historia humana se reduce a no más de siete palabras)
y por ejemplo te callo a ti
para ello lo primero que he hecho ha sido quitarte el nombre y ponerte alas como si un hermes en ti se referenciase
en realidad serías un termes, el aviso de una encrucijada, del límite de la esquizo…bíos., entre tú y el pasado
y te he quitado la voz y no te he puesto ningún trino ni gorjeo
te prefiero o te quiero en silencio abalconada tu mirada y abalconados tus cabellos, como agua que baja impetuosa e infinitamente de lo alto de la catarata cayendo sobre mi alma y desgastándola infinitamente
(decíamos cuando críos que los inquisidores de Llerena le traspasaban el cráneo a sus víctimas con gotas de agua -también los críos éramos crueles inventando crueles suplicios crueles-)
tu belleza es vigorosa, alta, espumosa, nido y vivar, nimbo y llama, una sonrisa innata, el murmullo de lo eximio
un largo trago de vida y de resurrección precisa
es una fábula sin vanidad ni apariencia, con fachada a la verdad clara y al encanto sencillo, puro
de una azucena azucena o de un silbo silbo
(los dioses silban, trinan y gorjean; los poetas esperpentean por esperpentuarse)
el éxtasis de lo que sucede sin más metro ni más ritmo ni más consonancia que las reglas marcadas por la greca Violette
Le roussignol prend son vol;
au chateau d´ amour on va.
Trouva la porte fermée.
Por la fenêtre il entra.
La violette double, double,
la violette doublera.
Y es que habrá un tiempo para resarcirse de todo, para reemprenderlo todo, para que todo se rehaga en placer y en paz, en sosiego y en fuego que no quema las manos ni agua que no moja las manos...
Luis Pastor y Bebe.
AGUAS ABRIL.