ojalá que todos hubiésemos permanecido demorados en aquel lugar…
sentados absortos alrededor de la camilla, cuatro o seis críos o algunos más
mi paraíso estuvo frente a mi casa dos casas arriba en el mismo lugar en el que supe la existencia de la Muerte
pero entonces allí conocí la existencia de la Vida
y de todos sus colores, y de todas sus fragancias y de sus más bellos e intensos matices
de su despertar abierto, inesperado, poético -mirándola escribí mis primeros versos y tomé su rostro por papel-
de su estar y de su ser
sí, sí que yo tenía dentro de mí algo maravillosamente maravilloso y que no era ni músculo ni carne ni hueso ni astilla ni hastío ni desgana ni cansancio
era retrotaer el aire hacia un lugar profundo que se expandía y me abarcaba hacia fuera
pero quedaba dentro alimentándome de azul néctar de dioses
mientras el aire me apretaba dulcemente el cuerpo vacío y etéreo
desleído en almíbar de vívidas rosas
era como dejarme ir en una nube mullida y angelical sobre un paisaje melodioso
era como un pájaro suave y manso desuncido de todo miedo
como aleteando y como picoteando
suave y mansamente un vals de algodón sobre las como lianas del alma
era como un pez escurridizo y muy bello en como su agua y en su como sal y en su como arena emborrachándome como de luz y como de oxígeno,
era como un ahogo, como una asfixia, como un acabamiento, como un sobreelevamiento, como un encabalgamiento, como un sublime desparpajo
el fingimiento de que no había flores plantadas en mi ánima.
era como querer expandirme y decirme y explosionarme
era como una primavera inyectada en las venas y en las células
era una como expresión imposible de la mirada -de soslayo, precavida, quedándose queda e invisible en el aire porque yo no sabía si aquello había de decirse o no decirse
si en ello había utilidad o destino-
contenidamente entusiasmada,
enellamismHada
eran todos los días reunidos en un solo día
todas las aguas reunidas en una sola gota de agua
todos los mundos en una piel
y todas las estrellas en una mirada.
y todas las primaveras en una flor
se llama milagro
sentados absortos alrededor de la camilla, cuatro o seis críos o algunos más
mi paraíso estuvo frente a mi casa dos casas arriba en el mismo lugar en el que supe la existencia de la Muerte
pero entonces allí conocí la existencia de la Vida
y de todos sus colores, y de todas sus fragancias y de sus más bellos e intensos matices
de su despertar abierto, inesperado, poético -mirándola escribí mis primeros versos y tomé su rostro por papel-
de su estar y de su ser
sí, sí que yo tenía dentro de mí algo maravillosamente maravilloso y que no era ni músculo ni carne ni hueso ni astilla ni hastío ni desgana ni cansancio
era retrotaer el aire hacia un lugar profundo que se expandía y me abarcaba hacia fuera
pero quedaba dentro alimentándome de azul néctar de dioses
mientras el aire me apretaba dulcemente el cuerpo vacío y etéreo
desleído en almíbar de vívidas rosas
era como dejarme ir en una nube mullida y angelical sobre un paisaje melodioso
era como un pájaro suave y manso desuncido de todo miedo
como aleteando y como picoteando
suave y mansamente un vals de algodón sobre las como lianas del alma
era como un pez escurridizo y muy bello en como su agua y en su como sal y en su como arena emborrachándome como de luz y como de oxígeno,
era como un ahogo, como una asfixia, como un acabamiento, como un sobreelevamiento, como un encabalgamiento, como un sublime desparpajo
el fingimiento de que no había flores plantadas en mi ánima.
era como querer expandirme y decirme y explosionarme
era como una primavera inyectada en las venas y en las células
era una como expresión imposible de la mirada -de soslayo, precavida, quedándose queda e invisible en el aire porque yo no sabía si aquello había de decirse o no decirse
si en ello había utilidad o destino-
contenidamente entusiasmada,
enellamismHada
eran todos los días reunidos en un solo día
todas las aguas reunidas en una sola gota de agua
todos los mundos en una piel
y todas las estrellas en una mirada.
y todas las primaveras en una flor
se llama milagro