Definitivamente ya no hay demostraciones sindicales folclóricas ni partidos extraordinarios de fútbol ni sonados combates de boxeo ni grises con tantas porras con tanta mala leche saliendo de tantas lecheras a toda leche; tampoco hay reuniones previas de los protagonistas en iglesias de barrios ni hay saltos ni carreras ni defensas democráticas o cócteles molotov bakunianos contra las porras y las pelotas...
Ni hay ya comunismo...
Y hasta aquellos policías, la bofia y los maderos de entonces, ahora son gentes amables y educadas, sensibles y buena gente.
Entonces ¿quienes eran los malos?
para Balbi: